La inmunologia
El sistema inmune está integrado por un conjunto de
mecanismos de defensa que han evolucionado a partir de de sistemas muy
sencillos de reconocimiento, basados en la distinción de los componentes
propios y ajenos.
Los sistemas de defensa se dividen en dos grandes bloques:
· No
específicos, constitutivos o innatos: se caracterizan por estar presentes en el
individuo desde su nacimiento y por no necesitar ponerse en contacto con el
microorganismo para actuar.
·
Específicos, inducirles o adaptados: propios de organismos complejos –aves y
mamíferos-; se forman en un momento determinado como respuesta a un agente
inductor concreto, al que destruyen específicamente. Los sistemas específicos
constituyen el sistema inmune propiamente dicho. Presenta las siguientes
características:
-Especificidad: están
dirigidos frente a agentes patógenos concretos.
-Memoria inmunológica:
posibilita una respuesta defensiva más rápida en una segunda entrada del mismo
agente patógeno.
3.2. Fagocitosis Si la primera línea de defensa es superada,
algunas de las células blancas de la sangre (neutrófilos, macrófagos) son
capaces de capturar y destruir agentes extraños mediante un proceso que incluye
varias etapas:
1. Quimiotaxis o atracción de los fagocito hacia la zona de
invasión mediante sustancias químicas liberadas por los microorganismos o por
las células dañadas.
2. Reconocimiento y fijación al agente agresor.
3.
Ingestión del patógeno por fagocitosis.
4. Digestión por medio de los
liso somas.
3.3. Reacción inflamatoria Cuando un agente extraño atraviesa las
barreras mecánicas que delimitan el medio interno, o tras una lesión física o
causada por un agente químico, se pone en marcha una reacción inflamatoria como
respuesta defensiva del sistema inmune.
El objetivo de la reacción inflamatoria
es concentrar los mecanismos de defensa en la zona afectada. Para ello se
producen los siguientes procesos:
·
Vaso dilatación capilar: el aumento del flujo sanguíneo en la zona produce
enrojecimiento y sensación de calor.
·
Incremento de la permeabilidad del endotelio vascular por retracción de las
células. Así sale plasma hacia los tejidos, con la consiguiente hinchazón o
edema y la estimulación de las terminaciones sensoriales del dolor.
3.4. Células asesinas o “natural killer” (NK)
Actúan contra
virus y parásitos intracelulares estrictos. Destruyen células tumorales.
Provocan la lisis de la célula blanco por contacto.
3.5. El complemento Está
formado por un conjunto de 21 proteínas presentes en la sangre. Muchas de ellas
son proteasas. Su activación produce una reacción en cascada cuyo objetivo final es la formación de un agregado molecular capaz de perforar
la membrana del microorganismo. Además, los componentes del complemento son
capaces de activar a las células fagocíticas.
3.6. Interferón Es una proteína
sintetizada en células tumorales y en las infectadas por virus. No protege a
estas células, sino que se trata de un mensajero químico que “avisa” a las
células sanas induciendo vías transformadoras para protegerlas del virus.
Inducen también la activación de las células NK.
4.1. Concepto de antígeno y anticuerpo.
Tipos de anticuerpos
Cualquier sustancia capaz de determinar la activación de los mecanismos de
defensa de un organismo es un antígeno.
Debe reunir dos características:
-Inducir la aparición de células específicas.
-Inducir la aparición de
sustancias químicas –anticuerpos- que reaccionen específicamente
(complementariedad espacial) contra el antígeno.
Normalmente un microorganismo
presenta muchos antígenos diferentes en su superficie. Son proteínas
mayoritariamente, aunque también los polisacáridos tienen capacidad anti génica.
Un anticuerpo reconoce específicamente a un cierto antígeno y se fija a él. Las
diferentes porciones del antígeno que son reconocidas por un anticuerpo se
denominan determinantes anti-génicos o epítopos.
Los anticuerpos son fabricados
por un tipo de glóbulos blancos llamados linfocitos B. Son glucoproteínas
globulares llamadas inmunoglobulinas. Tienen forma de “Y” y están compuestas de
cuatro cadenas polipeptídicas unidas por puentes di-sulfuro
·
Fagocitos: derivan de células primordiales de la médula ósea. Fagocitan
microorganismos, células alteradas y restos celulares.
Son los monocitos, los
macrófagos (monocitos que han abandonado el torrente circulatorio y se sitúan
en los tejidos), los polimorfonucleares neutrófilos y los polimorfonucleares
eosinófilos.
·
Células citotóxicas: destruyen células del organismo que se han vuelto
peligrosas. Se incluyen aquí las células asesinas naturales o células NK.
· Células cebadas:
intervienen en la inflamación. Liberan histamina. En circulación, las células
cebadas son polimorfo nucleares basó filos; si están en los tejidos se llaman
mastocitos.
Los linfocitos son las células responsables del
reconocimiento específico de los agentes patógenos, sin embargo, en muchos
casos necesitan la colaboración de células no específicas. Por ejemplo, los
macrófagos actúan como células presentadoras de antígeno o APC, para que los
linfocitos los puedan reconocer.
Se conoce como inmunidad al estado de protección que
presenta un individuo frente a un microorganismo patógeno.
Los organismos que
han superado una enfermedad infecciosa, adquieren una memoria protectora
durante más o menos tiempo frente a esa enfermedad.
La inmunidad puede
adquirirse de dos formas dependiendo de que el receptor sea agente activo o
pasivo:
·
Inmunidad adquirida de forma activa: se debe a la adquisición de memoria
inmunológica tras la respuesta inmune frente a una infección de un determinado
patógeno. Permite una respuesta rápida frente a una segunda entrada del
patógeno, basada en la capacidad de generar, con celeridad, un gran número de
anticuerpos específicos gracias a la existencia de las células memoria. Esta
inmunidad puede alcanzarse de dos maneras: -Natural: mediante una respuesta inmune
no provocada. -Artificial: mediante vacunas.
·
Inmunidad adquirida de forma pasiva: en este caso los anticuerpos específicos
no han sido fabricados por el propio organismo sino por otro diferente.
Puede
ser: -Natural: en el caso de que los anticuerpos pasen de manera normal de la
madre al hijo, a través de la placenta o de la leche materna.
-Artificial: en
la seroterapia, los anticuerpos se introducen mediante anti sueros procedentes
de seres humanos o de animales (caballos, ovejas, cabras).
La seroterapia está
especialmente indicada cuando, tras el contacto con el patógeno, el organismo
no dispone de tiempo suficiente para producir sus propios anticuerpos. Esto
ocurre en el caso del tétanos (toxina tetánica) o frente a ciertos venenos.
emmanuel martinez de leon 3B
autor universidad las veredillas
http://www.lasveredillas.com/documentos/jce_documentos/biologia/Inmunologia.pdf